La inteligencia artificial promete cambiar sustancialmente la manera en la que las empresas ofrecen servicios a sus clientes. De hecho, los analistas predicen que el mercado de software basado en IA valdrá unos 37.000 millones de dólares en 2025. Sin embargo, invertir únicamente en habilidades y capacidades en relación con la IA ya no es suficiente

No hay dudas de que la inteligencia artificial está cambiando las cosas. ¿Pero es esta la clase de cambio que queremos? ¿Cómo podemos asegurarnos de que el cambio que trae consigo es significativo y está en sintonía con nuestros valores y objetivos?

Si bien la pandemia alertó sobre un tipo de incertidumbre que las organizaciones no contemplaban, la realidad es que lo incierto amenaza constantemente a las empresas en distintas formas: desde el surgimiento de nuevos modelos de negocio, hasta nuevos e inesperados ‘players’, pasando por cambios sociales, normativos, políticos, económicos y también de consumo. Peter Drucker ya lo planteó con claridad: la única manera de predecir el futuro, es creándolo

Como consecuencia del COVID‑19, el sector turístico se vio obligado a analizar nuevos frentes tecnológicos y adaptarse al comportamiento cambiante de los usuarios. Ahora, y cada vez más, los consumidores prefieren las interacciones en tiempo real y sin contacto ni fricción con las marcas. La inteligencia artificial es ina de las grandes claves